La Plaza de Toros de La Alameda de Jaén cerró la Feria de San Lucas por todo lo alto con una tarde histórica, en la que la terna compuesta por Curro Díaz, Manuel Jesús «El Cid» y David Galván, junto al ganadero Victorino Martín, se marchó a hombros en medio del fervor de los aficionados. El hierro de la ‘A coronada’ lidió una brava e interesante corrida, con hasta dos toros, ‘Mercenario’ (2º) y ‘Verdadero’ (4º), premiados con la vuelta al ruedo.

La expectación era máxima ante el cartel y la divisa, y la tarde no defraudó. El juego de los victorinos fue clave, ofreciendo emoción y exigencia, y permitiendo el lucimiento a unos toreros que se mostraron firmes, entregados y con la determinación de triunfar.

Curro Díaz, con su elegancia innata, cortó una oreja de cada uno de sus toros. El de Linares toreó con su habitual empaque, dejando pasajes de gran sabor ante dos toros que le permitieron expresar su toreo personal. La faena a su segundo fue un compendio de temple y gusto que caló profundamente en el tendido, a pesar de que la espada no entró a la primera.

El Cid, en una tarde muy importante, sumó un total de tres orejas. Su actuación ante el segundo toro de la tarde, ‘Mercenario’, fue memorable: cuajó una faena profunda y poderosa, ligando tandas por ambos pitones que hicieron vibrar La Alameda, siendo premiado con dos orejas y vuelta al ruedo al toro. Con su segundo, volvió a mostrar el magisterio de su toreo, imprimiendo lentitud a los muletazos ante un animal vibrante, lo que le valió una oreja más.

David Galván, que reaparecía tras un percance, tuvo la actitud de la entrega y el amor propio. Tras ser silenciado en su primero, se reencontró con el triunfo ante el sexto. Realizó una faena de gran mérito, basada en la firmeza y el poder, que terminó de desatar la euforia. Se volcó con la espada y obtuvo las dos orejas que le abrían la Puerta Grande.

El resultado final fue de siete orejas repartidas y un indulto simbólico de afición a la ganadería. La Plaza de Toros de Jaén despidió así su temporada con una grandiosa tarde de toros, que enaltece tanto al espectáculo como a los protagonistas, sellando una de las faenas más destacadas de la temporada.