"El buen toreo es el que se hace con sentimiento y pasión de enamorado"

Juan Belmonte

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DIEGO SAN ROMÁN A HOMBROS EN MOROLEÓN

En tarde agradable, casi se llenó el coso techado “Alma Barragán” para la primera corrida de la Feria del Señor de Esquipulas de Moroleón, Gto., resultando como triunfador Diego San Román al cortar dos orejas, ambas, de diferente valor para, al final, ser paseado en hombros. Sus alternantes, Diego Silveti se hizo de un benévolo apéndice y el francés Sebastián Castella se fue de vacío a pesar de regalar un toro.

Se lidiaron seis toros de la dehesa mexiquense de Arroyo Zarco, uno de ellos como regalo, siendo regular el primero, bueno fue el tercero, mansurrón el cuarto, muy bueno ha sido el quinto que merecía la vuelta al ruedo como premio, manso resultó el sexto y manso fue el de obsequio. Y, uno, el segundo, del hierro de San Fernando, que fue bueno y que bien merecía un premio a su bravura, clase y calidad.

El galo Sebastián Castella, en el toro que abrió plaza, que tuvo clase, tras rematar en un burladero se lastimó y lo supo lidiar de capa para no molestarlo. Con la muleta, le caminó de las tablas a los medios, sobándolo y mimándolo para ayudarle en las embestidas, terminando por cuajarle una faena por el lado derecho, con pases de evidente calidad. Lo intentó por naturales, pero, le costó más acoplarse para regresar al perfil diestro, por donde logró más tandas buenas. Falló con la espada en varios viajes para tener silencio tras dos avisos.

A su primero, bravo y con calidad, que lució el hierro de San Fernando, ganadería hermana de la titular de esta tarde, el guanajuatense Diego Silveti lo capoteó bien y mejor se vio en un quite ceñido por gaoneras. Con la sarga, realizó una faena emotiva, cuajando pases por ambos lados, intercalando molinetes y sus clásicos pases del desdén, llegándole mucho a la gente, pero, al final, malogró todo con la espada para ser aplaudido tras un aviso, en tanto que, a la autoridad se le pasó premiar la clase del astado.

El queretano Diego San Román en su primero, llamado “Engreído”, que tuvo calidad y dio buen juego, lanceó bien a la verónica y aplicó chicuelinas que emocionaron a la gente. Buen puyazo del picador Eduardo Rivera. Con la pañosa, San Román, en su estilo, haciendo el toreo de quietud y pasándoselo muy cerca, costándole al principio darle la distancia adecuada pues por momentos lo ahogaba, pero, luego, encontró el acomodo para lograr pases buenos y de importante dimensión, así como hacerlo en redondo para volver a emocionar. Manoletinas para cerrar, algunas de hinojos. Y, aunque no estuvo certero con la espada, se le otorgó una oreja.

En su segundo, incierto y sin muchas opciones, Castella lo bregó empeñoso. Con la franela, a un toro que terminó refugiado en tablas, a base de talento y poder le logró dar algunos pases de evidente mérito. Al final, no pudo redondear la labor. Mató y todo quedó en palmas.

Silveti a su segundo, “Recuerdo”, estupendo en su desempeño, lo veroniqueó de buena manera. Su labor de muleta la brindó a la alcaldesa moroleonesa Alma Denisse Sánchez Barragán para iniciar en el centro del redondel con el sello de la casa, dando un cambiado por la espalda, emocionando y, entonces, aprovechar las buenas condiciones del astado para ejecutar una faena importante y emotiva por los dos pitones, salpicando de detalles con personalidad como el de trinchera y el desdén. Por desgracia, al tirarse a matar recibiendo dejó la espada tendida y tuvo que descabellar para serle otorgada una oreja benévola, lo que le supo agridulce pues se le fue un gran toro al que el juez no supo calificar cuando el de Arroyo Zarco merecía una vuelta al ruedo.

El segundo del lote de San Román, “Rebosero”, así decía el cartelón, desde salida acusó mansedumbre, lo capoteó voluntarioso, fue al caballo, pero, salía huyendo. No fue fácil colocarle banderillas y, con la tela escarlata, se dejó ver más que dispuesto y entregado, buscando el lucimiento a como diera lugar, logrando algunos pases que motivaron al respetable. Mató en el segundo intento para que le fuera entregada una oreja.

Castella en el de regalo, manso también, de la misma casa ganadera titular, ofició esmerado con el capote. Su desempeño muleteril fue magisterial y de poderío para aplicar varios muletazos meritorios, pero, el toro terminó por venir a menos y al final no anduvo bien con el estoque y descabello para tener silencio.

Al final, Diego San Román fue paseado en hombros.

Corrida de Toros :
Moroleón (México):
Entrada : Casi lleno.
Toros : Arroyo Zarco (1º,3º,4º,5º,6º y 7º) y San Fernando (2º): De buena presencia y buen juego.
– Sebastián Castella : Silencio tras dos avisos, Ovación y Silencio en el de regalo.
– Diego Silveti : Ovación tras aviso y Oreja.
– Diego San Román : Oreja y Oreja.

Fotografías :  Emilio Méndez / Suerte Matador.