"El buen toreo es el que se hace con sentimiento y pasión de enamorado"
Juan Belmonte
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Juan Belmonte
Gran tarde de toros en la localidad cordobesa de Montoro con motivo de la Feria de Nuestra Señora del Rosario en la que la figura onubense David de Miranda, cuajó una rotunda actuación ante sus dos oponentes. De Miranda cortó un importante apéndice al tercero y puso el público en varias ocasiones en el sexto, al firmar una faena pletórica de capacidad, firmeza y buen toreo que le valió las dos orejas y el rabo. Curro Díaz y Jiménez Fortes compartieron la salida a hombros con el triguereño tras cortar cuatro orejas y tres apéndices respectivamente, ante una corrida con hierros de Albarreal y Salvador Domecq.
El primero no se ha entregado en ningún momento en las telas ni en el peto. Poca fijeza en el astado de Salvador Domecq, que no humilló nunca. En la faena de muleta de Curro Díaz sacó complicaciones, sin venir nunca metido en el engaño. Firmeza del diestro de Linares, que le tragó una enormidad para cuajar una labor a más, fundamentada en la mano derecha, con la que hilvanó tandas ligadas y con temple. También con la zurda consiguió naturales de mucho mérito. Espadazo algo delantero. Dos orejas.
El segundo del festejo, de Albarreal, se empleó abajo en el capote de Fortes, que le enjaretó varias verónicas de muy buena expresión en el saludo. También se lució el malagueño en un quite por chicuelinas y tafalleras. Faena muy templada, de mucho gusto, de expresión de Fortes, con un trazo de muletazo largo y con profundidad. Algunos de ellos fueron al ralentí, muy templado, aprovechando la calidad y la nobleza del animal de la divisa onubense. Dos pinchazos y estocada. Oreja.
Con delantales recibió David de Miranda al tercero de la corrida, un animal noble, con calidad pero de escasa presencia y raza. Buen puyazo de Rafael Carbonell. Dos excelentes pares de banderillas colocó Jesús Fernández, que fue volteado, sin consecuencias, a la salida del tercer par. Por estatuarios comenzó la faena David de Miranda, muy templado el torero de Trigueros, acariciando la embestida, a media altura, sin obligar a su oponente por la
justeza de fuerza de éste. Intentó suplir la falta de emoción y de transmisión del animal con su entrega, su valor y su disposición, Se paró muy pronto el de Albarreal. Estocada en lo alto. Oreja.
Poco poder mostró también el cuarto de la tarde, al que pasó de muleta muy templado Curro Díaz. La faena alcanzó las cotas más altas con la mano izquierda, por dónde el animal tuvo mejor condición, surgiendo naturales largos y de trazo profundo. Muy torero el diestro de Linares, toreando con naturalidad, sin forzamiento, sacando su sello personal Curro Díaz. Noble el cornúpeta, con mayor fondo de casta que los anteriores. Labor muy interesante de Curro Díaz, que la remató de una estocada desprendida. Dos orejas.
El quinto se desplazó más y mejor por el pitón derecho. Brindó su faena Fortes a Carla Otero. Poco a poco, fue asentando y dándole confianza al astado de Salvador Domecq el matador de Málaga, haciendo las cosas siempre con pureza, con verdad y mucho temple. Las tandas que instrumentó con la mano derecha tuvieron el denominador común de la ligazón y la despaciosidad, al igual que también con la izquierda, asentado en los riñones, muy encajado. El toro de Salvador Domecq cogió ritmo conforme avanzaba el trasteo, humillando mucho en la franela. Terminó su obra Fortes, con una serie al natural citando de frente, cargando la suerte. Lo pasaportó de media estocada arriba. Dos orejas.
David de Miranda esperó a la perfección en el saludo con el capote al sexto de la corrida. Manseó el de Albarreal en el peto. Inició la faena el torero de Huelva con muletazos con la pierna flexionada, embistiendo con transmisión y motor. Entregado, muy firme el diestro de Trigueros, que templó a su antagonista, aguantándole parones y miradas para extraerle los muletazos con pulso y ritmo. Empujó siempre al toro hacia delante David de Miranda, pegándose un arrimón al final del trasteo. De lo mejor del mismo, las tandas de naturales, citando con la muleta plegada, a placer, encajado, muy a gusto el torero. Estoconazo. Dos orejas y rabo.
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