Perera se fue a la puerta de toriles para recibir de rodillas con una larga cambiada al que abría plaza de la ganadería de La Quinta, alargó su faena debido a la disposición y las ganas de triunfo, fueron buenos los primeros compases y la última tanda que le sacó en la querencia al astado cuando ya estaba rajado. Con el cuarto volvió a ser todo entrega y compromiso el torero extremeño, el toro fue muy rebuscón y sabía lo que se dejaba, no se achicó Perera sin perderle ningún paso y aguantándole las embestidas.

Emilio de Justo buscó en toda la faena del segundo de la tarde la colocación, que hizo que las tandas no terminaran de llegar al tendido. Dejó detalles muy toreros como un quite por chicuelinas de mano muy baja y muy buenos pares de banderillas de El Algabeño y Pérez Valcarce. Los mejores momentos de la tarde llegaron con el quinto, un toro bravo y pronto. Emilio de Justo se rompió a torear al natural, por momentos a merced del animal, pero dejó naturales de gran calado en el tendido echándose al toro detrás de la cadera. Consiguió levantar los “olés” de Madrid. La espada y los golpes de verduguillo le privaron de un triunfo.

Ginés Marín se llevó el peor lote de la tarde. Con el tercero poco pudo hacer ya que se vino abajo enseguida. Con el sexto lo termino de acoplarse y ni hacerse con el animal que repitió y tuvo movilidad.