"El buen toreo es el que se hace con sentimiento y pasión de enamorado"
Juan Belmonte
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Juan Belmonte
Se dio este domingo 28 de abril la décima corrida de la CXCVI edición de la Feria Internacional de San Marcos 2024, en el coso Monumental de Aguascalientes que registró más de media entrada en tarde calurosa, resultando como triunfador el debutante en esta plaza, el andaluz Juan Ortega al cortar dos orejas, una al primer astado de su lote y, una más, a un octavo de regalo, para, gracias al sustancioso derrame de su arte, salir en hombros por la Puerta Grande de “San Marcos”. Sus alternantes, los locales Arturo Saldívar y Héctor Gutiérrez evidenciaron claramente su esfuerzo, pero, pudieron redondear.
Se lidiaron seis toros de la ganadería guanajuatense de Begoña, uno de ellos de regalo, como séptimo, siendo de regular juego el primero, el segundo, el cuarto y el séptimo. El tercero tendió más a lo complicado. Y, dos de San Miguel de Mimiahuápam, uno de ellos de obsequio, como octavo, complicado y, el otro, el sexto, también tuvo problemas.
El local Arturo Saldívar, al toro que abrió plaza, noble, pero, de poca fuerza, lo capoteó empeñoso. Con la muleta, a base de pases de estudio, se dio a estructurar una faena enterada por naturales y derechazos, éstos sin ayudado, tirando y templando del toro, logrando motivar a la gente. Siguió al natural con calidad y buen trazo. Par de molinetes para engarzar lances diestros ya con la muleta armada y hacer el toreo en redondo. Mató de estocada honda y caída y, cuatro golpes de descabello, para ser aplaudido tras un aviso.
En su primero, llamado “Trianero” noble, pero, saliendo suelto, el sevillano Juan Ortega, nuevo en esta plaza, acarició la arena con su capote en tersos lances a la verónica. Con la sarga, ejecutó pases por alto, seguidos de doblones de gran calidad y temple, llevándoselo de tablas a los medios, para seguir por derechazos de mucha clase y empaque. Al natural lo hizo con torería e intercalando artísticos detalles. Doblones efectivos y estéticos para cerrar. Termino de soberbia estocada y así cortó una oreja.
El también de casa, Héctor Gutiérrez, quien reaparecía de luces tras la grave cornada que sufrió en la Monumental Plaza México el pasado , en su primero, no fácil y con raza, lanceó bien a la verónica y mejor quitó por saltilleras y una gaonera. Los subalternos de a pie Héctor García y el aspirante Yael Sánchez se destocaron tras el tercio de palos. Con la pañosa, Gutiérrez, luego de algunos lances de tanteo, realizó una faena valiente y torera por naturales, aguantando de verdad hasta en seis tandas de mucho mérito. Por el derecho igualmente le paró y le aguantó. Insistió con la izquierda pundonoroso. Terminó de estocada baja y otra de mejor colocación para hacerse aplaudir.
A su segundo, de poca fuerza y toreable, Saldívar le ligó tres verónicas rodilla en tierra y terminó bregando de forma solvente. Con la franela, empezó por alto para continuar su quehacer por el lado izquierdo empeñoso, lo mismo que en derechazos de igual nivel. Más toreo natural, lado por que se planteó básicamente el trasteo. Una vez más con la diestra lo hizo esmerado, al igual que por el izquierdo. No acertó con la espada y escuchó aplausos tras un recado de la autoridad.
Ortega en su segundo, complicado, veroniqueó bellamente flexionando una pierna de forma alternada. Buen puyazo del piquero Efrén Acosta López. Con la tela escarlata, Juan abrió con molinete y el de pecho para seguir por derechazos con disposición, lo mismo que al natural. Labor de aliño para cerrar y acabar de estocada entera perpendicular, siendo aplaudido.
A su segundo, débil y sin clase, de San Miguel de Mimiahuápam, Gutiérrez, poco hizo al oficiar con el capote. Con el lienzo grana, ejecutó una labor plena, dispuesta y de firmeza por ambos pitones hasta lograr pasajes importantes con la derecha y haciendo el toreo en redondo, además, de acortar distancias para sacar, uno a uno, significativos pases, incluyendo desplante a cuerpo limpio. Más toreo ligado en un palmo de terreno y otro desplante igual. No atinó al matar y se le aplaudió en el tercio.
Regaló Arturo un séptimo, de Begoña, soso, pero, dejándose, al que le dio, de rodillas, en tablas, una larga cambiada y, de pie, chicuelinas. Con la muleta, se dio a hacer un trasteo que empezó por alto para engarzar derechazos empeñosos en dos series. Con la zurda anduvo en el mismo tenor, pero, sus mejores momentos se dieron por el derecho. Le pisó los terrenos y sacó pases de evidente buen afán y jugándosela de verdad, pues todo lo hizo el torero. Manoletinas para abrochar. Desacertó con el estoque y dividió las opiniones en el tercio.
Ortega obsequió un octavo, de San Miguel de Mimiahuápam, de poca fuerza, soso y tardo, al que veroniqueó de forma relevante. Lo llevó al caballo por chicuelinas caminándole. Con la sarga, ejecutó una faena con ayudados por alto y por bajo, con cadencia. Derechazos artesanos con trincherilla. Y otra serie templada y de buen gusto. Al natural le puso torería. Más exposición diestra de calidad y doblones suaves. Labor de aliño. Terminó de certera estocada para obtener una oreja y salir en hombros por la Puerta Grande de “San Marcos”.
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