La Quinta echó una muy buena corrida de toros en la que El Cid y Emilio de Justo no abrieron la puerta grande por el fallo con la tizona.

Cortó una oreja El Cid en su regreso a Albacete de un primer toro de nombre Canario que se desplazó sin emplearse nunca, embistiendo con la cara a media altura y rajándose por momentos. El Cid se acopló por el pitón izquierdo dejando naturales de gran impronta. Por el pitón derecho no llegó la faena a tomar altas citas ya que el toro se rajaba a tablas. Mató de media estocada de efecto fulminante. Oreja.

No terminó de levantar el vuelo la faena de Luque con el segundo de la tarde, un animal que apretó en el caballo pero que no transmitió nada a los tendidos. Daniel intentó acoplarse sin éxito. Se atascó con la espada y fue silenciado.

Acertó Genoveva Armero no devolviendo al tercero de la tarde de nombre «Medioquillo», tras andar falto de fuerzas. De Justo se gustó e hizo el toreo vertical y encajado. Extraordinarias fueron hasta tres tandas de naturales con mucho empaque. La faena fue de menos a más. Acabó la faena con luquecinas y cuando tenía todo a su favor lo pinchó en dos ocasiones y dejó una estocada caída, recogiendo una ovación.

Gran toro el cuarto de la tarde de nombre «Limonero». Humillador, repetidor y con casta. El de Salteras lo vio y convenció en Albacete. Gran faena vaciándose toreando al natural, bajando la mano, pudiéndole y templando la embestida. Los mejores naturales de la feria hasta el momento. Se gustó y el tendido apreció la calidad de las embestidas del de La Quinta. Faena larga ya que llegó a escuchar un aviso pero siguió toreando a placer por el pitón derecho. Pero el destino no lo quiso y con la espada lo emborronó todo quedando reducido a una vuelta al ruedo para El Cid y otra vuelta al ruedo a Limonero herrado con el número 59.

No tuvo opción Luque con el soso y descastado que hizo las veces de quinto. Se justificó por ambos pitones sin éxito. Mató de estocada que hizo guardia y dos golpes de descabello. Silencio.

Gran faena a otro gran toro de La Quinta de nombre «Coscojero». De Justo lo entendió a la perfección y dejó otra lección de toreo por el pitón derecho, en redondo, con empaque y toreando de verdad. La faena se fue a menos y en las últimas series se le vio amontonado. Cuando tenia la puerta grande entreabierta la espada se la cerró. Estocada, dos descabellos y se echó el toro. Ovación para el torero y vuelta al ruedo a un gran toro de La Quinta de nombre «Coscojero» herrado con el número 521.