"El buen toreo es el que se hace con sentimiento y pasión de enamorado"
Juan Belmonte
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Juan Belmonte
Toros de Araúz de Robles, muy serios e impecables de presencia. Un encierro con un comportamiento variado, destacando el cuarto, “Meritorio” premiado con la vuelta al ruedo, que fue muy bravo y que exigió poder y firmeza. Octavio Chacón, oreja y dos orejas tras dos avisos. Chacón ofreció una tarde muy completa por de madurez y pozo. Adrián de Torres, ovación tras aviso y dos orejas tras aviso. De Torres mostró ante su par buenas formas y disposición. Por su parte Francisco de Manuel obtuvo, ovación y palmas. De Manuel, que se topó con el peor lote estuvo toda la tarde queriendo y exponiendo pero sin material alguno. Una corrida de toros en todo su conjunto de gran intensidad e importancia por parte de los diestros y cuadrillas. De Manuel se pechó con el peor lote.
«Chinchón» abría la tarde en Villacarrillo, en las manos de Chacón que lo saludó encelándolo en el capote, dándole sitio a un toro que medía y apretaba. El animal buscó y se empleó en el caballo. Tras el tercio de banderillas se pasó a la faena de muleta, pero antes de entrar en la franela se partió el pitón contra las tablas. Chacón lo tanteó por abajo, sin poder levantarle la mano. Siguió al natural, abriendo la embestida, insistiendo por abajo a un toro que iba desarrollando y buscando. Cambió al pitón derecho, entre asperezas y embestidas violentas que manejó a base de oficio. Lo citó abajo con la franela plana, con un toque firme y fijador, pero sin evitar que se le metiera por dentro. Recurrió a la suavidad para seguir llevándolo, limando las asperezas. Sin embargo, volvería al izquierdo, insistiendo abajo para evitar que le soltara la cara. Poco a poco se impuso al de Araúz de Robles. Oreja.
A «Garrafón» lo recibió Adrián de Torres en un saludo bregado con el que no logró lucirse. En banderillas volvió a complicarse el tercio, dificultando hacia los adentros. Lo probó por ambos pitones, en un inicio de faena por alto. Continuó sobre el pitón izquierdo, atacando para tirar de la embestida y arrastrarla detrás de la franela, ordenando la faena de uno en uno, tocando y pasando. Trató de limpiar los muletazos, evitando que se descompusiera y la faena. El de Araúz de Robles reculaba y cada vez se metía más en las tablas, por lo que Adrián de Torres tuvo el tira y afloja con los terrenos. Siguió por el derecho, enseñándosela abajo, echándole el engaño, pero sin que terminara de pasar, mostrándose ajeno a todo, buscando la querencia. No tuvo opciones, solo algún que otro arreón defensivo. Se dificultó la suerte suprema. Ovación tras aviso.
Francisco de Manuel saludó «Campechano» de rodillas, para después levantarse y estirarse con él. Se alcanzó el último tercio y Francisco eligió un inicio por abajo y rectilíneo, ganándole terrenos. Le dio sitio y tiempo para después encontrarse con el sobre el pitón derecho, perdiéndole pasos, recomponiendo para tirar del animal con suavidad. No le gustaba sentirse podido al de Araúz de Robles, por lo que el diestro madrileño tuvo que medir mucho las faenas, con un toro que se vencía constantemente. Cambió al izquierdo, con un toreo al natural marcado por la ayuda, con la que llevó la embestida entre miradas. Alternó pitones, sin dejarlo pensar y cerró con una estocada que logró al segundo intento. Ovación.
«Meritorio» marcaba el ecuador de la tarde en las manos de Octavio Chacón, que dejó un saludo en el que frenó, recogió y enceló ganándole terreno. Inició la faena por el pitón derecho con un toro que apretaba y se empleaba, entre miradas, con raza. Antes dos varas en buen sitio y derribo al piquero. Lo citó en largo y aprovechó la inercia, dejándosela puesta y envolviéndoselo a su alrededor. Miró y cuidó mucho los terrenos, para seguir con la mano derecha, encontrando la ligazón al dejársela en el morrillo, configurando tandas cortas, dando tiempo y sitio a una bravura de entrega absoluta en la franela. Lo mostró al natural, dando amplitud, pulseando, manteniéndolo metido, asentándose con firmeza en una faena que derrochó verdad y poder. Mató con el descabello después de una estocada entera que no fue suficiente. Dos orejas tras dos avisos.
Adrián de Torres saludó al segundo “Chocante” de su lote, un toro suelto con el que dejó alguna que otra pincelada. Tras un complicado tercio de banderillas, Adrián de Torres se fue directo a los medios para brindar al público. Allí lo citó, pero tuvo que acortar las distancias, buscando una embestida con ritmo y entrega en la que tomó la franela con todo. Le dejó la muleta puesta en el morrillo, buscándolo abajo, sin dejarlo parar y sujetándolo para que no se le fuera. Al natural, volvió a buscarlo, cruzándose y echándoselo a pitón contrario, encontrado un toro que se desplazaba, pero poco a poco se vino a menos la faena. Y al final termino metido en tablas y un torero con la franela en la diestra sin estoque. Arrimón y sinceridad para arrancar un triunfo. Dobló con la segunda estocada. Dos orejas tras aviso.
«Extrovertido» cerraba la tarde junto con Francisco de Manuel, que se lució por verónicas y chicuelinas. El toro no fue nada fácil, no ayudó en ninguno de los tercios y en la muleta se orientaba, sabiendo lo que dejaba atrás. Salía del trazo buscando, sin prontitud alguna, teniendo que tocarlo con firmeza y mucha voz, sabiendo que no pasaba. Le tapó, dejando que solo viera muleta, teniendo que rectificar a su paso, tragando y empujando aquella embestida. Se fue a las tablas, pero la insistencia y entrega de Francisco no dejaron que el animal se fuera sin que se pusiera. Metió la mano con aseo, pero doblaría con el golpe de cruceta. Palmas.
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