Trillo acogió una interesante novillada de Hermanos Boyano en la que hubo un nombre propio Cid de María, derrochó torería por los cuatro costados y estuvo sublime en una tarde de toreo caro.

Cid de María rozó la perfección en una faena de impacto, como reza el propio titular. El torero de Yunquera de Henares se mostró con gusto ya desde el inicio, dejando excelentes lances a la verónica y ceñidas chicuelinas, chicuelinas que fueron el prólogo de una faena de cante grande. Inició con el pase del péndulo lo que sería una faena de alto voltaje. Naturales largos, hasta detrás de la cintura, derechazos hondos y con sabor, fueron el compendio de un faenón a la altura de un novillero con miras de futura figura. Rematado todo ello con un estoconazo de bandera que hizo caer con inmediatez a su oponente y así cortar dos orejones de importancia. A su segundo lo cuajó demostrando facultades para minimizar defectos y ensalzar virtudes de un novillo sin mucho dentro, el público se entregó y la faena fue cogiendo altura, altura que tocó techo con excelentes manoletinas. Un pinchazo y una estocada para cortar otra oreja relevante.

Diego Bastos no tuvo suerte en el sorteo, aunque se le vio solvente en ambos novillos, fue endosando excelentes derechazos que no llegaron a los tendidos, pues la transmisión era nula ante tal deslucido lote. Lo que sí que se vio en el sevillano fue capacidad lidiadora y una estocada más que eficaz.

Víctor Cerrato toreaba en casa y se notó. Tuvo un novillo exigente en quinto lugar al que poco a poco fue sobreponiéndose, facultades lidiadoras de un Cerrato que mostró estar por encima de un novillo duro. Faena basada y estructurada en el pitón derecho e importantes naturales, Trillo se entregó y fue premiado con dos orejas de importancia. Ante su primero se atascó con la espada, pudiendo haber cortado algún apéndice más.