Campo Pequeño, en Lisboa, fue escenario este jueves de una noche de arte bajo el signo del toreo.

A pesar de los intercambios y estafas que envolvieron al cartel inicial, al que no tiene relación la empresa Ovação & Palmas, la noche resultó agradable en términos artísticos, el público quedó complacido y los toreros expusieron sus valores.

El cartel estaba formado por los jinetes João Moura Caetano y Marcos Bastinhas, los matadores Manuel Jesus ‘El Cid’ y Manuel Dias Gomes (el primero en sustitución de Morante de la Puebla y el segundo en sustitución de Cayetano Rivera Ordoñez). Se torearon toros de las ganaderías Irmãos Moura Caetano (a caballo), Varela Crujo y Calejo Pires (a pie), quedando los toros de Juan Pedro Domecq y Daniel Ruíz, que fueron anunciados, saliendo del cartel.

Campo Pequeño tenía una capacidad de alrededor de media casa, lo cual es lamentable. Pero potenciar la transmisión televisiva, cuando le corresponde al canal, en lugar de asegurar la venta de entradas, tiene sus costos.

Permítanme abordar primero el componente taurino a caballo, al fin y al cabo estamos en Portugal y esa es nuestra base artística en términos taurinos.

El dúo que abrió la carrera demostró una excelente coordinación entre Moura Caetano y Bastinhas. Toro colaborativo, aunque con poca transmisión y algo de peso extra. Maneja ritmo, pero sin prisas ni artificios, destacando el cursi de los corredores, aunque con Moura Caetano más acertado en los encuentros. Muy buen trato por parte de los jinetes dinásticos.

En el cuarto toro, Moura Caetano estuvo magistral. ‘ Oh João, ¿comprendería el pueblo cuánto arte corre por sus venas y en un alma que parece infinita y con gran profundidad?‘ y otro gallo cantaría durante los aplausos del cónclave y la música habría sonado más temprano en la sala Lisboa. Toda la actuación fue un compendio de templo, clase, buen gusto y ‘souplesse’. La brega, la pose, las pausas, la respiración (permitiendo mayor durabilidad al toro en la lidia), el diseño de los lotes, la armonía de los encuentros, los vistosos finales de los lotes, todo se hace lentamente, permitiendo al espectador para apreciar cada detalle. Es una temporada de enorme valor la que está jugando João Moura Caetano. De una vez por todas es importante empezar a mirar a este jinete de una manera superior y que pueda acabar con el binomio corridas sin interés / equitación y carreras de velocidad. Sobre Beethoven, el crítico alemán Paul Bekker escribió que “ el resumen de su obra es libertad”. Y como Beethoven, Moura Caetano es una mezcla de clasicismo y romanticismo. Con él, nos tratan de donaire . Y créanme, el arte nos ayuda a evolucionar y en algunos casos incluso nos salva. Arte y Amor, el orden queda a criterio del lector.

Marcos Bastinhas se mostró exuberante en la lucha por el quinto toro de la carrera. Fue a recibirlo a la puerta de los corrales, le clavó dos hierros largos y luego en la fase de planchado corto fue muy diverso en lo que presentó en la arena. Desde compases con compases hasta el pitón opuesto, sorteos de violín, par de banderillas (de buena calidad), Marcos fue amplísimo en la panoplia presentada. El público se galvanizó, Marcos se mostró animado y se desató una auténtica locura . Fue muy aclamado.

Entre los forcados lisboetas, Nuno Fitas, Daniel Batalha y João Varanda se adelantaron, logrando tres atrapadas en el primer intento, con el grupo demostrando eficacia suficiente para una noche de máximo éxito.

Los toros de la ganadería Irmãos Moura Caetano se mostraron suaves, con ritmo (salvo la lidia a dúo), sin crear mayores problemas a los toreros y permitiéndoles disfrutar de esta noche.

Antes hablamos de las dos entregas de El Cid. En la primera faena destacó con la muleta, en una actuación de menos a más, de categoría, sabiduría, madurez, clase, finura y conocimiento . Deliciosos detalles que agradaron al público. En el segundo no tuvo muchas opciones, lo intentó, se entregó, pero ya no había nada más que hacer. Muy digna presencia del matador de toros, natural de Salteras.

En cuanto a Manuel Dias Gomes, tuvo una noche para recordar. Este torero es un regalo para la vista y el alma para quienes gustan de la pulcritud. El matador portugués es capaz de realizar las más bellas obras de arte, con profundidad, maestría, potencia y técnica aplicada de manera afirmativa, pero no imponente. No necesitas bastones populares para que nos demos cuenta de que está ahí.. Tu primera faena está hecha de fibra, aumentando el nivel de forma constante, hasta el clamor final. La segunda función se metió al público en el bolsillo, aplicándole los mejores muletazos de la noche, creando un hechizo entre ellos y el toro, con gracia, asombro. Dias Gomes es, haz las volteretas que quieras y consigue el marketing que quieras, el mejor asesino portugués en actividad (Pedrito de Portugal está fuera y no hay información de que pueda regresar). Mientras el público sigue prefiriendo a los toreros porompomperos, Dias Gomes se muestra al más bello estilo de Franz Peter Schubert y nos deja obras atemporales, incluso sin el debido reconocimiento.