Con algo menos de media plaza comenzaba el festejo Sebastián Fernández  con un riesgoso recibimiento sobre «Atila» garrocha en mano, para templar las embestidas del primero de El Capea. Cuaja un gran tercio de banderillas acompañado por «Pan de Oro» y «Marsellés». Torerísimo este último caballo tanto en banderillas cortas como en el último tercio, certero estuvo el atarfeño con los aceros cortando las dos orejas del primero de la tarde. 

Brinda el portugués Paco Velasquez la faena al maestro Capea, actuante como ganadero en la tarde, valiente y decidido con un novillo que sale un poco más suelto que el primero, al que hay que llevar muy templado al que Paco tiene que hacerle las cosas más despacito de lo que tiene por costumbre. Acertado en banderillas, tiene la mala fortuna de descordar al novillo quedándole completamente inmóvil de los cuartos traseros, quedando frío al público que aún así le pidió una oreja. 

Gran recibimiento de Sebastián Fernández al tercero de la tarde, que provocó que un aficionado dijera a voz en grito, «así se paran los toros» . Decidido, valiente y eficaz en banderillas con un novillo que se quedaba algo «paradito al llegar al embroque,  al que había que llevarle completamente fijado para poder ejecutar bien la suerte de banderillas. Gran faena que de no haber sido por el fallo con los aceros de buena cuenta hubiera cortado más de un trofeo. 

Sale el último de la tarde para Paco Velasquez, un grandísimo novillo, bravo y templado con el que el portugués disfruta y hace disfrutar al público en banderillas, recorriendo la curiosa plaza cuadrada de Masueco. De nuevo la mala fortuna llegó cuando al entrar a matar, volvió a descordar al novillo, aunque menos evidenciado que el primero de su lote, teniendo que desensillar para, pasaportar al último novillo de la tarde  con un certero descabello. No se merecía esa muerte el gran novillo de Capea, como tampoco se merecía el portugués la segunda oreja concedida por el palco.  Vuelta al ruedo del novillo, y de Paco Velasquez acompañado por D. Pedro Gutiérrez Moya como ganadero. Puerta grande para los dos rejoneadores.