Esaú Fernández, Miura, “Guineo”, Carmelo García y la Magallánica  agrandan la historia y la leyenda al ser el segundo toro indultado en  una plaza tras 181 años de la legendaria ganadería. –Curiosamente los  dos toros de Miura indultados han tenido al empresario sanluqueño  como gestor del espectáculo. Utrera en 2019 “Tahonero” y el de hoy,  en Sanlúcar de Barrameda- Antonio Ferrera cortó una importante oreja  y resultó ovacionado con el duro cuarto. Por su parte David Galván  fue ovacionado con el peor lote. El joven diestro recibió un pitonazo  en el mentón izquierdo al entrar a matar el sexto sufriendo un corte que  necesitó de varios puntos de sutura.

Abrió plaza “Doblador”, un Miura de 590 Kg con el tipo propio de la casa  ovacionado además de salida y que dio juego a pesar de apuntar hacia  tablas por momentos. Antonio Ferrera anduvo con excelente conocimiento  de la lidia con él, salió pronto a recibirlo y aunque breve, puso de manifiesto  sus intenciones con varios lances a la verónica. Se arrancó el toro al  caballo que manejaba Borja Lorente desde la otra apunta de la plaza en  dos ocasiones, derribando en la primera y empujando. Lucieron Otero y  Carrero en banderillas. Ya con la muleta se basó en el pitón derecho dado  que por el izquierdo apenas se los tragaba. Intensa y larga labor de Ferrera  que, tras una estocada al segundo intento, logró cortar la primera oreja de  la tarde. 

El segundo de la tarde fue un espectáculo verlo embestir, “Guineo” de  nombre, 586 Kgs, cinqueño… Y apúntenlo. Esaú Fernández se gustó en  cuanto le hizo en una faena de manos bajas por ambos pitones. Ya apretó  de firme al caballo que montaba Espartaco en dos ocasiones y en la muleta  daba gusto verle colocar la cara embistiendo. Supo entenderlo Esaú,  porque a pesar de todo no fue toro fácil, los bravos pesan y hay que saber  torearlos también. Esaú lo hizo y se arrancaron los tendidos a pedir el  indulto. No perdió ritmo ni intensidad el toro y acabó apareciendo el pañuelo  naranja. “Guineo” se ganó la vida. Bien es cierto que de hechuras no es  todo lo Miura que estamos habituados, pero la seriedad era innegable. Dos  orejas y rabo simbólicos para el diestro que dio la vuelta con el mayoral.  Línea ascendente a la tarde Magallánica.

“Hortelano” nos devolvió a la tónica habitual y la dureza de este hierro. El  tercero con muchas complicaciones no fue lo que sus hermanos. David Galván anduvo solvente con él, perdiéndole pasos y provocando mucho  las embestidas de un toro que iba incierto y a media altura. Sacó provecho de su buen momento y de lo que “Hortelano” permitió. Anduvo bien a  caballo Juan Pablo Molina con él. A la hora de matar no le dejaba cuadrar,  pudo dejar media espada y tirar de descabello. Recibió una cerrada ovación Galván. 

“Aguilito”, cuarto no dio opción alguna a Antonio Ferrera que tuvo que  lidiar con él como pudo para solventar la papeleta siempre dentro de los  cánones de la lidia. Toro complicado sin recorrido, echando las ma nos por  delante, frenándose….Suerte que no reponía buscando tobillos porque  habría complicado aún más la labor del extremeño que salvó los muebles  con honradez torera tras otro episodio de brindis como el que protagonizó  en Algeciras, subiendo al tendido para dedicar unas palabras al receptor,  Manuel Rodríguez ‘El Mangui’. Estocada al segundo intento y varios  golpes de descabello para acabar con este Miura y una fuerte ovación la  que recibió el torero. 

La única virtud del quinto “Limeto” fue la nobleza ya que tuvo una  embestida muy desordenada y buscando siempre tirar el gañafón arriba en  cuanto tocaba las telas; difícil labor tuvo Esaú Fernández con él. Lo intentó  poniendo todo de su parte, consiguió momentos de brillantez precisamente  por su empeño. El toro tardó en echarse aguantando y tragándose la  muerte. Esaú recibió una ovación. 

“Tiznaolla”, el sexto de lidia ordinaria, se partió la pata izquierda de salida  y salió en su lugar Halconero, del mismo hierro, ‘colorao’ de pelo, muy serio  de cara apuntando hacia arriba con los pitones y de más difícil  comportamiento. David Galván lo fue manejando solventando la papeleta  con torería, a media altura y rematando las series como podía porque el  Miura no quería nada por arriba. Dura labor la de David que recibió además  un fuerte golpe con el pitón en la cara entrando a matar. Muy agradecida  su labor por los tendidos acabó dando una vuelta al ruedo.