Illumbe se reabrió con una importante corrida de Fuente Ymbro. Los toros de Ricardo Gallardo dejaron siluetas de infinito en la arena donostiarra causadas por unos hocicos que fueron surcando las embestidas.

Paco Ureña se mostró en la línea del más rotundo Ureña. El murciano hizo las delicias del público guipuzcoano, sobre todo en su segundo. Toro exigente que se vio podido por un asentado Ureña que puso el temple, la pausa y la largura en cada trazo, fue una faena de esas que te dejan la miel en los labios. Fue cogido, y lejos de achicarse ante la adversidad se vio a un Ureña mejor, hizo los mejores muletazos de la tarde, la espada se llevó las dos orejas.

Ginés Marín volvió a mostrar esa frescura y esa conexión con el público del norte. Pocos toreros han logrado ser tan respetados por la afición vasca, cántabra y asturiana. El extremeño se vació, se gustó y se embelesó, destacando sobre todo una importante faena al quinto toro, toro al que le imprimió su sello, propio de la belleza y limpieza del trazo. Gran tarde de un Ginés que brilló por dos estoconazos a cámara lenta.

Leo Valadez sorprendió de nuevo, pues era su segunda cita como matador en San Sebastián e hizo cosas de mucha importancia. Propio de los toreros mexicanos brilló en quites de bandera, sobre todo por zapopinas. Con la muleta se mostró valeroso y muy capaz, sometiendo a los toros del hierro de Fuente Ymbro que tuvieron muchísimo motor. La espada se llevó la oreja del primero y en su segundo se le pidió con fuerza la segunda que no fue atendida por el palco, Valadez sale reforzado para afrontar los próximos compromisos como Dax o Bilbao.