El onubense en su segunda tarde, cortó tres orejas a su lote al que impuso un toreo categórico.

Manzanares no acusó la inactividad y regresó en su más pura versión de naturalidad y elegancia. El alicantino José María Manzanares que reapareció en Huelva paseó una oreja de su enclasado y dulce primero, y se estrelló contra el manso cuarto. El sevillano Daniel Luque que debió salir con más orejas en su haber sí el palco accede en el quinto, obtuvo una oreja del tecloso segundo y mostró su extraordinaria capacidad ante el genioso que cerró su lote. Por su parte David de Miranda volvió a cimentar dos contundentes faenas a su lote al que cortó tres orejas. Amasó una labor de máxima rotundidad ante el noble tercero y se crujió por abajo en gigantesca demostración de valor y buen toreo al entregado sexto. Un De Miranda que ratificó su poderío y que está pidiendo medirse con las figuras en lo más alto del escalafón.

Manzanares probó al primero de Juan Pedro Domecq, un toro muy bien hecho y de preciosa lámina. Le intercaló un par de verónicas y una media con sabor. Apenas fue picado e hizo cosas buenas en el capote de Abraham Neiro, pero a la muleta llegó falto de fuerzas. El alicantino tiró de él con suavidad, el toro embistió con mucho temple, sobre todo por el derecho, por donde basó la faena. Por ese pitón sacó más fondo y le pegó algunos derechazos de bello trazo, rematando la última tanda con un cambio de mano y un ayudado por alto con mucho gusto. La estocada fue fulminante. Oreja.

Daniel Luque impregnó de suavidad y temple su capote ante el segundo, aunque no pudo rematar el tercio porque el toro siempre quería coger las telas. No lo picó en exceso y en el quite se desquitó con unas bellas chicuelinas y unas cordobesinas de precioso trazo, rematadas con una media a una mano a cámara lenta. En la muleta el toro no fue fácil, tuvo sus teclas, pero el de Gerena siempre estuvo siempre muy por encima. Lo sometió a media altura porque nunca humilló por el derecho y por el izquierdo sabía lo que se dejaba detrás, acortaba el viaje y se le echaba encima. En la última tanda lo puso en apuros, que salvó con mucho oficio. La mató muy bien y cortó una oreja.

David de Miranda en su segunda tarde de Colombinas se gustó con el capote con el tercero de la tarde, remangando un ramillete de verónicas con una bonita media. El animal en el caballo ya acusó su falta de fuerzas, pero también su nobleza. El quite fue por ajustadas saltilleras, que calentaron los tendidos. Muy buen par dejó Fernando Pereira. David se lo brindó a su banderillero Cándido Ruiz, que cayó gravemente herido en Azpeitia. Empezó la faena de muleta por estatuarios, lo llevó siempre muy templado por el derecho, aunque también por el izquierdo dibujó naturales largos sobre todo en una tanda. Culminó la faena con un enorme arrimón final y con ajustadísimas bernardinas. La estocada fue efectiva y cortó dos orejas.

Manzanares lanceó al cuarto de la tarde, un animal de que nunca llegó a comprometerse. Tampoco con la muleta. El alicantino lo intentó sobre todo por el derecho, pero terminó aculado en tablas y ya no hubo forma. Lo tuvo complicado para entrar a matar, pero la estocada fue efectiva. Ovación.

Daniel Luque no pudo lucirse con el capote con el quinto, que salió abanto. Se enceló con el peto empujando de manera violenta. En banderillas también se dolió en dos buenos pares de Iván García. Se impuso con mando y solvencia con la muleta el torero, pero el animal no colaboró. Sin clase ni fondo, poco pudo hacer el de Gerena. Lo mató bien y el público pidió con fuerza la oreja, que el palco no concedió.

David de Miranda hizo un gran quite por tafalleras sin moverse un milímetro al último de la tarde tras tirarle la montera para encelarlo. Ante lo había lanceado por verónicas en el saludo capotero. No fue castigado en exceso. Brindó al público, que comenzó a tocar las palmas por Huelva. Un fandango brotó del tendido cuando David comenzó la faena de muleta a un gran toro, que se rebosaba en cada embestida. Hizo el avión ‘Adorado’ sobre todo por el derecho con nobleza y transmisión. Por el izquierdo Miranda optó por un toreo de cercanías, donde o crujió a base de exigencia por ambos pitones. Pinchó y el palco le concedió una oreja saliendo por la Puerta Grande por segunda vez -seis orejas en total- en estas Colombinas.