El cierre de feria de Santander fue un poco oscuro, y es que a pesar de que los tendidos se fletaron de aficionados expectantes por ver una gran tarde de rejoneo, los toros de El Canario no dieron apenas juego.

Guillermo Hermoso de Mendoza fue el principal triunfador del festejo, haciendo frente al peor lote de la tarde a nivel global, pues uno por uno el peor toro cayó en manos de Leonardo. Pero es cierto que los toros de Guillermo no dieron el juego como para tener algo más que una oreja en cada toro. Guillermo estuvo sublime con «Berlín» y «Malbec», dos caballos con los que alcanzó las cotas máximas de sus faenas, unas faenas excelentemente rematadas a lomos de «Esencial». Gran tarde de Guillermo Hermoso de Mendoza.

Lea Vicens pudo surcar en hombros la capital cántabra pero la presidencia no lo permitió, negando una oreja en su primero y no concediendo la segunda en su segundo, la rejoneadora gala bordó el toreo sobre todo en su segundo, al que le dejó pasajes más que bellos con «Aladín», dominando los terrenos y apurando en cada suerte para sacar de su querencia al de El Canario.

Leonardo tuvo en suerte a un buen toro en primer lugar, pero el fallo con los aceros le privó de cortar la primera oreja de la tarde. Soy de los que piensa que de haber matado ese toro en cuarto lugar se hubieran cortado dos orejas. Sin embargo el cuarto toro fue todo lo contrario, un toro exigente que habría puesto en apuros a más de un rejoneador, sin embargo el extremeño fue capaz de construir una faena basada en la lidia. Poco pudo hacer más que recibir una calurosa ovación de un coso que entendió las dificultades de la lidia de un toro que ni se empleó ni quiso ver al caballo en ningún momento.