Para su presentación como novillada con picadores completa, la ganadería de Turquay envió un lote fino homogéneo y correctamente presentado con cara, pero sin exceso. Los dos primeros han sido más nobles, el tercero el más débil y el más encastado el último cuarto. “Romarin” se fue al caballo en tres ocasiones. La novillada ha sido generalmente noble y podría haber permitido que los novilleros les cortaran las orejas. Pero las faenas y las espadas no dejaron ver más de los novillos de “La Provence” francesa.

En cuanto a los novilleros, hubo decepción. Valentín Hoyos hizo bien los deberes en el primer tercio. Ganando terreno, colocando en suerte para el caballo, pero en el último tercio; tanto la faena y la estocada, quedamos desilusionados. No hubo colocación ni entrega ya sea con la muleta o con la espada. El novillero se concede la ovación del tercero sin la menor petición cuando en su primero hubiera podido cortar un trofeo.

Con Joao D’Alva, fue más o menos el mismo cuento. Colocó correctamente su oponente en el primer tercio para lucirlos y en banderillas dejo un tercio con soltura. En el último tercio nunca encontró el sitio para ligar una faena con armonía. Se atascó con los aceros y él también se concederá la ovación del último.