La corrida de El Pilar de Mont de Marsan se salvó por el dominio técnico de Daniel Luque y un Dorian Cantón que aguantó su sitio junto a dos figuras. Podemos hablar de un fracaso para los de Aldeanueva de Moisés Fraile. Desiguales en presentación, muy justa de fuerzas, no tenían ni raza ni motor.

Afortunadamente Daniel Luque tiene tal nivel técnico que es capaz de dar la apariencia de un toro noble a un buey doméstico. Su segundo no tenía ninguna de las cualidades requeridas para ser un toro de lidia. No importa, el torero de Gerena logró sacar algo de eso. Hizo una faena muy buena con un toro malo. Lástima que la espada, muy baja, no estuvo a la altura de la actuación del torero. Si la primera oreja es indiscutible, la segunda que concedió el presidente, fue un exceso. Con el quinto, otro toro descastado, Luque lo intentó todo para que pasara. El bagaje técnico del torero es inmenso, pero el toro era realmente malo.

Mucha responsabilidad para Dorian Canton este jueves en el Plumaçon. Mostró que había adquirido cierta madurez y demostró, en un contexto ganadero difícil, que tenía muy buena zurda y ciertas capacidades de lidiador. El torero béarnais de hoy tiene más que ganas y ambiciones, tiene potencial.

Sebastián Castella también tocó toros malos, pero se arrimó menos en encontrar soluciones a los problemas planteados por este lote de El Pilar en Mont de Marsan.