Cuando Pamplona se abre lo hace a lo grande y así fue, el coso de la capital navarra abrió su feria y abrió sus brazos, la primera para recibir a la terna y la segunda para acoger a un Cristiano Torres que dio razones para ser futuro torero de Pamplona.

Christian Parejo fue el encargado de abrir tan prestigiosa feria, y la verdad es que poco pudo hacer ante un primero sin celo en el que todo lo puso él sabiendo cuidar las delicadas embestidas de este. Sin embargo en su segundo mostró actitud pasándoselo muy cerca y tirando de valor ante la ausencia de nobleza.

Marcos Linares dejó claro que no era un torero más y en su primero dejó una faena de esas de las que siempre quedan en la memoria, una faena que por la tardanza en caer de su oponente quedó en una ovación. En su segundo poco pudo hacer, la falta de raza y la presencia de la mansedumbre no permitieron al de Linares poder expresarse.

Cristiano Torres fue el nombre propio de la novillada y del inicio del serial de Pamplona. Y es que el torero aragonés hace las mismas cosas o incluso un punto más allá a los novillos que a los erales que mataba un año atrás. El mal uso con los aceros le privó de una más que merecida puerta grande. Pamplona se rindió a los pies de un joven torero que mostró un valor seco muy escaso en el escalafón actual. Gran tarde del aragonés que ha dejado claro que no es uno más.