En Soria se lidió una excelente corrida de Adolfo Martín en la que la emoción fue constante, y es que en primer lugar los toros tuvieron una presencia muy por encima de la categoría de la plaza, y para más inri, todos los toros dieron un juego interesante, o bien por sus dificultades o bien por su motor.

Fernando Robleño fue uno de los destacados de la tarde, y es que el torero madrileño anduvo con soltura, facilidad lidiadora y capacidad, todas estas virtudes propias de la experiencia de un torero que siempre ha lidiado con la más fuerte. El diestro madrileño pudo acompañar en hombros a Galván, pero el fallo con los aceros le privó de ello, pues de matar a su segundo se hubiera hecho con dos apéndices de peso. A su primero lo entendió e hizo revalidar el por qué pisa plazas de gran relevancia como Madrid o Pamplona. Sin embargo la obra culmen llegó con un bravo cuarto que pidió tener la ESO y Robleño le mostró el bachillerato, un grado universitario y un máster. Fue una tarde excelente del torero de Madrid.

Octavio Chacón también anduvo con firmeza, pues como es de costumbre mostró un resorte lidiador que no tiene cualquiera, pues es otro de esos torero que siempre ha matado lo más duro. Cabe resaltar que fue el menos afortunado en el sorteo, aunque a pesar de ello si hubiera andado con más acierto en los aceros hubiera cortado un apéndice a cada astado. Sin embargo pudo quedar patente que Chacón sigue siendo Chacón, y que a pesar del olvido de las empresas de primera línea, él sigue estando a un nivel más que excelente.

David Galván fue el nombre propio de la tarde, entró por la vía de la sustitución pero demostró que de sustituto no tiene nada, su primero fue el toro más exigente de la corrida, no dio apenas espacio al desacierto, y el torero de San Fernando lo supo cuidar para hacerle una faena meritoria. Pero lo mejor vino en el sexto, un toro que pidió papeles, toro con motor y tranco pero que necesitaba de una mano magistral que lo supiera someter, y de la nada apareció una gran muñeca de un torero nacido en Canarias pero de crianza en las tierras gaditanas. El torero de San Fernando tiró de las embestidas de su oponente como mandan los cánones, con los flecos de la muleta, figura erguida y siempre con la yema de los dedos, dio una lección. Lo remató con una certera estocada, de esas de las que sabes que son importantes, gran tarde de Galván.