No pudo lucirse Rocío Romero en el recibo al primero de la tarde, que recibió un extenso puyazo. Con la rodilla genuflexa inició la faena. No acabó de acoplarse sobre la diestra la novillera en el primer tramo de la faena de muleta. Por el izquierdo dejó muletazos largos de uno en uno. Lo volvió a intentar sobre la diestra, con algo más de lucimiento que en el inicio, pero sin llegar a encontrarlo, pues el astado quedaba corto, propiciándole una voltereta a la cordobesa. Espadazo a la tercera. Oreja.

No le dio opción de lucimiento a Pedro Gallego el 48 de Los Ronceles, quién recibió dos puyazos, derribando al caballo en el primero de estos. Por abajo y con mucha clase y suavidad inició Gallego la faena, antes de torear al derechazo. Seguidamente y al natural dejó muletazos con mucha profundidad. Con unos ajustados ayudados por altos, cerrados con un desdén, cerró la faena el jienense. Media estocada y descabello certero. Oreja.

A porta gayola recibió Antolín Jiménez al tercero de la tarde, antes de dar varios faroles de rodillas, mostrando actitud y ganas. De rodillas, en los medios y en redondo inició la faena el novillero. Continuó toreando al derechazo con ligazón, rematando la tanda con un gran pase de pecho. Protestaba por el izquierdo el eral, lo que no le permitió a Jiménez acomodarse con él por este. Cerró la faena de rodillas, como la empezó, sobre la diestra. Estocada efectiva tras pinchar. Dos orejas.

Con un par de verónicas tras lancear andando hacia atrás, saludó Romero al cuarto de la tarde, que recibió dos grandes puyazos. Quitó Pedro Gallego por ajustadas gaoneras. Por abajo y genuflexionado inició la faena la cordobesa. Ya en los medios y con la izquierda, comenzó a torear por naturales ayudados, para después hacerlo sin ayuda. Erguida, dejó muletazos de buen trazo sobre la zurda. En el cierre de faena, dejó grandes derechazos en redondo, que culminó con un buen pase de pecho. Bajonazo tras pinchar. Oreja.

Erguido y lanceando a la verónica recibió Pedro Gallego al quinto de la tarde, que perdió las manos tras recibir un breve puyazo. Inició la faena con suavidad, sin exigir mucho, pues así lo requería el cierraplaza. En los medios y sobre la diestra, toreó Pedro de uno en uno, a media altura, acompañando y cuidando las embestidas. Con mucha verdadera firmó el epílogo, con unas ceñidas manoletinas. Estocada certera. Oreja.