"El buen toreo es el que se hace con sentimiento y pasión de enamorado"

Juan Belmonte

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LÓPEZ CHAVES: "LA PLAZA DE MADRID PUESTA EN PIE ES DE LAS COSAS MÁS BONITAS QUE ME HA PASADO COMO TORERO"

Hablamos con Domingo López-Chaves, un torero salmantino que este año cuelga su traje de luces y se despide de los ruedos en el 25 aniversario de su alternativa.

Cuéntanos maestro que se siente al saber que es su último año de luces.

El último año de luces con sensaciones encontradas. La alegría de recibir el cariño de todo el público y la pena de decir que ya no vuelvo a hacer el paseíllo en esa plaza, cada tarde es un adiós y la verdad que es triste, pero todavía tengo la sensación y el corazón de guerra, de que quedan corridas de toros, de disfrutar, de lucharlas, de pelearlas y de seguir arrimándome. La sensación y el vacío llegará en invierno.

Este San Isidro tuviste la oportunidad de despedirte de la afición de la plaza más importante del mundo, te sacaron a saludar como agradecimiento a tu trayectoria, ¿cómo se siente uno ante casi 23.000 personas en pie?

Increíble, un sueño, acabar el paseillo y recibir esa ovación hizo que se me saltaran las lágrimas al reconocimiento de toda una vida dedicada al toro. En Madrid sí que he cuajado toros, pero no ha venido el triunfo redondo, pero ellos me lo han reconocido. La verdad que toda la plaza puesta en pie es de las cosas más bonitas que me han pasado como torero. Ese dia lo tengo grabado en mi corazón

¿Qué le dice el saber que va a ser la última vez que toreé en el coso “venteño”?

Añoranza. Saber que no volveré a torear en Madrid, es más, después de estar viendo las corridas de San Isidro se siente añoranza al saber que no vas a volver a hacer el paseillo y pisar esa plaza con tantos miedos, tantas tensiones que tiene ese San Isidro y ya no va volver a ser. Pero me queda el recuerdo de toda una vida y de muchas tardes haber pisado esa plaza y esa arena.

Un primer toro complicado el de ese día, con el cual no te viniste abajo y estuviste muy digno saludando una ovación. Cuéntanos, ¿qué sensaciones te dejó?

El primer toro las sensaciones fueron de impotencia, de no poder estar a gusto, de no sacar lo que uno lleva adentro y ofrecerlo al público. Fue más una guerra, una batalla. Pero la verdad que note el cariño. El toro no pasaba, pero yo insistía en sacarle algo. Me molestó mucho el viento, si no fuese por el viento siento que le podía haber sacado algomás.

Siempre se te ha caracterizado como un torero solidario y muy dispuesto a colaboraren lo que ello implique, como es el caso de la organización de un festival en Beneficio de la Asociación de las Enfermedades Raras.

Pues sí, creo que siempre hay que colabora. El toreo está muy cercano siempre a colaborar, a apoyar, a ofrecer festivales en beneficio como en este caso AERSCYL, una labor muy importante porque reciben dinero todas esas familias que no pueden permitirse el lujo de llevar a sus hijos a los fisios, logopedas, piscinas, psicomotricidad…Gracias a ese dinero están durante todo el año con esas terapias. Así que me siento feliz.

 Tomaste la alternativa en Salamanca con dos figuras del toreo como Joselito, de padrino, y Enrique Ponce, de testigo. ¿Qué te pareció ese cartelazo para un día tan importante como convertirse en matador de toros?

El día de la alternativa es un día soñado y esperado desde niño. Sueñas con ser torero y hacerte matador de toros. Ese día también son de las tardes que uno tiene grabada en la mente y en el corazón, aparte con toreros a los que uno admira e intenta beber de esa fuente como es el maestro Joselito y el maestro Ponce. Muy bonito ese día, yo creo que para cualquier niño que quiere ser torero el día de su alternativa es un día muy especial.

 

¿Es duro el torero o compensa dedicarte plenamente a esta profesión a cambio del reconocimiento de todos los aficionados?

El toreo es duro. Claro que es duro. Pero cuajar un toro tiene toda la recompensa de esa dureza. Los caminos de los toreros no son nada fáciles: muchos sinsabores, muchas veces no llega el triunfo cuando tiene que venir. Y sigue uno luchando y luchando, la perseverancia de buscarlo. Esa lucha sí se hace con gusto. Creo que todos los toreros, tarde o temprano, tenemos nuestra oportunidad. Saber aprovechar ese momento, estar preparado, estar listo, merece la pena todo el esfuerzo que se hace al toro, merece la pena indudablemente.