"El buen toreo es el que se hace con sentimiento y pasión de enamorado"

Juan Belmonte

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Javier Castaño: "Nunca he dicho que no a un hierro por muy duro que sea".

Hoy hablamos con Javier Castaño, matador de toros caracterizado por lidiar los hierros más

toristas, su sacrificio y pasión por esta profesión han estado intactas a lo largo de su carrera

superando mil batallas.

Has residido desde pequeño en el campo charro junto a tu hermano Damián Castaño. ¿Qué tiene Salamanca especialmente que te haga vivir allí?

Salamanca es una ciudad que me encanta, me instalé aquí hace muchos años, exactamente con 14 años para entrar en la Escuela Taurina, llevo ya más de media vida aquí y es una ciudad que me he identificado mucho con ella, en la que vivo muy a gusto y tiene muchas cosas que le hacen especial. A mí particularmente me encanta, es un sitio ideal para desarrollar tanto mi vida, personal como profesional.

Has comenzado la temporada con muy buen pie, cortando 4 orejas y 2 rabos en La Adrada.

Sí, la comencé en el mes de febrero en La Adrada con un triunfo importante, cortando 4 orejas y 2 rabos a mi lote de Lora Sangrán. Como te decía anteriormente, las orejas y los trofeos lógicamente tienen una importancia grande porque al final el que no ha estado allí va un poco directamente a mirar el resultado obtenido, pero creo que es más importante las sensaciones, el encontrarte bien, el boca a boca de los aficionados de que vean un torero en plenitud, el que vean que sale un toro medio y sea capaz de meterlo en la canasta o el que salga un toro bueno y seas capaz de cuajarlo. Todas esas cosas se transmiten y llegan al tendido. Todos los profesionales que están allí hablan y eso por encima de los trofeos, para los toreros, tiene más importancia. También toreé un festival en el mes de febrero en el cual me encontré muy bien, corté dos orejas. Las incursiones que hice a América en el mes de diciembre toreando dos corridas de toros, una de ellas en Macusani, corte lo máximos trofeos. También me encontré bien y al final pues buenos se han juntado las sensaciones que uno tiene delante del toro con los trofeos. Una cosa va unida de la otra, esperemos que me siga encontrando así y que pueda tener continuidad.

Muchos compromisos los que ha tenido este año sobre todo en América. ¿Ha sentido un especial cariño de aquellos aficionados?

Sí, afortunadamente en América he toreado bastante. Si no me equivoco he tenido la oportunidad de torear en todos lo países de la América taurina y últimamente el país que más he toreado ha sido Perú, que es una afición que me encanta: espeta muchísimo al torero. Una afición con la que me he identificado mucho y a la que debo mucho, desde el primer momento me han acogido fenomenal, por lo tanto la mejor manera de devolverles ese cariño es con la entrega delante del toro. Cada vez que uno va no guardarse nada, intentar expresar o plasmar lo que uno lleva dentro y que te puedan ver en plenitud.

El año pasado toreaste en Madrid la corrida concurso de ganaderías, y aunque la tarde no se alzó con un triunfo, ¿qué sensaciones te dejó esa tarde?

Lógicamente esa tarde no me pudo dejar sensaciones buenas porque fue un lote totalmente imposible: tanto con mi primer toro como con mi segundo fue imposible poder hacer algo lucido con ellos. Todos los que estuvieron en la plaza lo pudieron ver, no dieron ninguna facilidad. Por lo tanto las sensaciones no pudieron ser buenas. Siempre es bonito y siempre esperas lo máximo de un compromiso en Madrid, pero hay veces que te estrellas contra un muro y eso fue lo que pasó en Madrid el año pasado en el mes de septiembre con la corridanconcurso.

¿Espera volver a acartelarse este año en la plaza más importante del mundo, y al ser posible repetir la puerta grande del San Isidro del año 2000?

Lógicamente espero volver. Madrid es la plaza por la que todos los toreros tenemos que pasar, estés en la situación que estés. Siempre lo he dicho: las figuras tienen que pasar por Madrid y demostrar porque son figuras. Los toreros que están en una situación complicada necesitan también Madrid para pegar ese empujón a sus carreras. En definitiva, Madrid es necesario para todos los toreros y que la afición de Madrid calibre siempre el momento en el que está cada torero. La ilusión de todo torero es poder estar acartelado en Madrid lógicamente yo también.

¿Busca una feria en concreto o que le haga especial ilusión entrar este año?

No te diría una feria o una plaza en concreto. Se que ferias importantes llegarán, es cuestión de tiempo, si Dios quiere. Lo que más me preocupa es ir dia a dia escalando posiciones y mostrando el momento en el que me encuentro. Si Dios quiere, las ferias importantes irán llegando.

A Javier Castaño se le conoce especialmente por lidiar los hierros más toristas, ¿te sientes orgulloso de ello o aspirar a lidiar otro tipo de encaste?

A lo largo de mi carrera he matado todo tipo de encastes. Es difícil que cualquier aficionado diga una ganadería que se le pase por la cabeza y no haya matado una corrida de ese hierro o de un encaste. He matado de todos los encastes y todos los hierros y nunca he vuelto la cara a ninguno. Nunca he dicho que no a ningún hierro por duro que fuera. Estoy agradecido de haber podido y poder estar en ese circuito. Haber matado muchísima corridas de ese tipo y claro que me gustaría poder seguir matándolas y, si fuera posible, poderlas

compaginar. Llegar al punto en que puedas compaginar esas corridas duras con otras que no son denominadas duras o de otro circuito. Yo creo que eso sería lo importante, llegar a encadenar una serie de triunfos y que pudieras matar ese tipo de corridas duras y compaginarlas con otro tipo de corridas de toros. Ese sería el sueño de cualquier torero, o el mío en particular ahora mismo.

¿Qué es lo que buscas toreando o qué concepto te caracteriza más?

Creo que al final, cuando empiezas, tienes una base, una personalidad. Con el paso de los años vas moldeando y te vas dando cuenta de errores o de cosas que tratas de ir corrigiendo. Pero eso va a pasar a lo largo de toda la carrera y de todos los toreros, van modelando su toreo a lo largo de los años. Eso es lo bonito del toreo, que un torero siempre está a la búsqueda de, no digamos la perfección porque la perfección al final nunca llega, pero esa búsqueda si y eso es lo que nos motiva a los toreros a seguir entrenando y a seguir esforzándonos. Esa búsqueda constante.