
"El buen toreo es el que se hace con sentimiento y pasión de enamorado"
Juan Belmonte
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Juan Belmonte
Le tocó a Moura Caetano abrir la plaza, frente a un ejemplar de la ganadería Irmãos Moura Caetano. En el toreo de los lusitanos pobres no siempre se entiende la calidad. Ni siquiera fue el caso aquí, sobre todo porque la faena fue de muy buena nota, con Moura Caetano construyendo una actuación que estuvo toda en un plano muy alto, de manera plantillada, suertes bien realizadas, encuentros armoniosos y vistosos, acabados a excepción del primer rejón, todo ha sido construido con inteligencia y clase. El público fue ‘obligado’ a rendirse a la evidencia.
Manuel Ribeiro Telles realizó una actuación positiva, pero sin llegar al triunfo. Destaca las formas clásicas, tratando de cumplir con los cánones del toreo portugués, con un rejón de castigo digno de mención, con un a suerte bien realizada en la parte delantera, junta y estribo ajustados y rematando bien.
Joaquim Brito Paes hizo frente a un ejemplar de la ganadería de António Charrúa, realizando una actuación alegre, divertida y con buenos momentos, sobre todo en brega, que se habría valorado aún más si las banderillas no hubieran sido desiguales y la velocidad hubiera sido un poco menor. Sin embargo, el novillo tenía cierta brusquedad, lo que no facilitaba la tarea del jinete.
Diogo Oliveira se enfrentó a un oponente que exigía conocimientos y pocos fallos al rejoneador. Diogo logró una actuación de alto nivel, con suertes bien realizadas, banderillas ajustados y tirones excéntricos. La pelea terminó con una mala banderilla al violín, que resultó ser derribada. También debe controlar la velocidad. Actuación brindada a Paulo Caetano.
Uceda Leal enfrentó a un novillo de Fale Filipe y lo recibió bien con verónicas, rematando el primer tercio con una media verónica. En la muleta, tuvo algunos detalles interesantes, pero sin despuntar nunca en el triunfo, ante un novillo complicado y con poca transmisión.
Manuel Dias Gomes triunfó en su actuación. Dias Gomes es un torero fascinante, por la estética que impone a sus corridas, por servir a un trabajo artístico armonioso, pausado, como si su paleta de colores fuera interminable, coloreándolo al mejor estilo gourmet. En el capote le fue bien, pero fue en la muleta donde destacó, por los dos pitones, siempre de forma muy elegante.
Finalmente, el debutante Gonçalo Alves tuvo una actuación intermitente, con buenos momentos y otros no tanto, fruto de cierta inmadurez. Debe prestar atención a su postura en la arena, porque el poder y el arte no deben confundirse con la altivez. Buenos detalles en la muleta, tras un tercio de banderillas muy irregular y con poco brillo en el capote. Tiene la calidad para hacerlo mucho mejor.
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