Torres de la Alameda acogía la primera novillada del certamen con novillos de Ginés Bartolomé y María Antonia de la Serna
La tercera edición del Circuito de Novilladas de Madrid ha dado su pistoletazo de salida. Juan Herrero y Pepe Luis Cirugeda rompían el paseíllo en Torres de la Alameda para lidiar novillos de Ginés Bartolomé y María Antonia de la Serna. Un encierro muy bien presentado, pero muy complicado.
Juan Herrero recibía a la verónica al primero, de Ginés Bartolomé. Un ejemplar desentendido de los engaños desde el principio. El novillero madrileño pudo sacarle un vistoso quite por chicuelinas pero, con la muleta, no tuvo opciones. Juan Herrero recibía una ovación con saludos tras escuchar un aviso.
Llegó el momento de Pepe Luis Cirugeda, que debutaba con picadores con un novillo de Ginés Bartolomé. En las banderillas sobresalía David Adalid, que recibía la ovación tras poner su segundo par de banderillas. De rodillas empezada Cirugeda su faena, que pronto llegaba a los tendidos. El novillero sufría una fea voltereta sin consecuencias, pero continuó la lidia y dejó unas bonitas tandas al natural. Certero con la espada, paseaba la primera oreja del Circuito.
Juan Herrero recibía a la verónica al tercero de la mañana, de María Antonia de la Serna. Un novillo manso que huía del caballo y con pica firmeza. Juan Herrero hacía frente al lote más complicado y, aunque pudo arrancarle algunas tandas por ayudados, la suerte suprema le jugaba una mala pasada y el de Los Molinos escuchaba el tercer aviso. Recibía una cálida ovación del tendido.
Cirugeda cerraba la mañana con otro cárdeno de María Antonia de la Serna. De nuevo tuvo que ser el novillero quien pusiera todo en el ruedo. Un novillero que tenía mejor condición que su hermano, pero que presentaba complicaciones. Pepe Luis Cirugeda hacía una faena de más a menos y daba la vuelta al ruedo tras petición.