"El buen toreo es el que se hace con sentimiento y pasión de enamorado"
Juan Belmonte
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Juan Belmonte
Ayer, 11 de febrero, la localidad de Granja acogió una fiesta taurina para dar comienzo a la temporada. Esta fiesta ya es costumbre, uniéndose a las fiestas en honor a S. Blas.
La fiesta fue a beneficio de las obras de mejora de la plaza, que se presentó con escaso cuidado, incluyendo hierbas aromáticas en la arena del ruedo.
En la plaza, Filipe Gonçalves, João Moura Caetano, Marcelo Mendes, el rejoneador Andrés Romero, João Salgueiro da Costa y la practicante Mara Pimenta, se enfrentaron novillos/toros de Paulo Caetano (uno) y Júlio Justino (cinco). Los mangos estuvieron a cargo de tres grupos de horcas del Alentejo: São Manços, Póvoa de São Miguel y Monsaraz. Filipe Gonçalves abrió con una actuación llena de hierros, unos buenos otros no tanto. Empezó con un percance cuando salía el toro, este no fue detenido por el banderillero y, detrás del caballo, invirtió pero terminó sin afectar la brega del jinete. Anduvo bien en los hierros largos y cortos, con fuertes llamadas al pitón contrario, le fue bien en los primeros hierros, perdiendo tiempo en los últimos hierros de la delantera. Cerró el trato con un hierro de palma. Diogo Coutinho, por los aficionados de São Manços, logró la atrapada en el segundo intento. Moura Caetano abrió la actuación montando a Ouro Negro, clavando dos buenos hierros largos. En los cortometrajes iniciaba la actuación montado en el caballo Ágora, con la plancha de Pablo Hermoso de Mendoza. También cambió al caballo Gallo con el que manejaba dos hierros cortos bien diseñados. A medida que avanzaba la lidia había más toreros que novillos, aun así el estilo templado no dejó de existir. João Cortés, por los aficionados de Póvoa, marcó al tercer intento. En tercer lugar, Marcelo Mendes se desempeñó con una pierna protegida. Usó única y exclusivamente un caballo. El caballero no empezó de la mejor manera, clavando bajo el primer hierro largo, pero se redimió con el segundo. Marcelo dejó tres buenos hierros cortos de nota superior y remató con un hierro palma con una buena ejecución técnica. David Ramalho, por los aficionados de Monsaraz, consumó el primer intento, realizando una atrapada dura, aguantando derrotas hasta cerrar el grupo. Tras el descanso, entró en la plaza Andrés Romero, rejoneador español que ha actuado en varias ocasiones en tierras portuguesas. El arte del rejoneo es un arte diferente al portugués, pero que la gente de Granja disfrutaba viendo y aplaudiendo. Entre toques en la montura y hierros clavados en pasadas cinchas, el rejoneador se llevó a casa un puñado de aplausos del público asistente, que incluso cuestionó la decisión del director de no poner música al intérprete. Alexandre Ramitos, por los aficionados de São Manços, marcó en el segundo intento. Salgueiro daCosta comenzó la temporada al mismo nivel que terminó la temporada pasada. Un toreo contagioso que nos engancha a él, queriendo cada vez más esos fierros bien diseñados, dando primacía al rival, clavando a gusto, soltando olés desde el banquillo. Terminó con una plancha de violín. Nuevamente para los aficionados de Póvoa de São Miguel, Carlos Tristão anotó en el tercer intento. Cerró la fiesta la practicante Mara Pimenta con hermosos pliegues en el centro del ruedo abriendo para los pesos medianos, siempre con el toro en la cola del caballo. Cavaleira tiene una notable elegancia en brega, así como una notable elaboración, pero algunos cornezuelos no resultaron en su totalidad. Mara tiene raza y sangre joven y logró sacar lo mejor de su oponente. Gustavo Perdiz, debutante en el conjunto Monsaraz, brindó ante el público su primera atrapada y la remató al segundo intento. Retorno autorizado también para el ganadero.
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