Perera ralló a gran altura en sus dos astados, al primero lo fue amoldando y sacándole muletazos para arrebatarle una oreja digna de un torero con capacidad lidiadora inmensa. Sin embargo lo mejor de su tarde fue en su segundo al que realizó una lidia plena de ligazón y estructura, con la mano derecha cautivó y remató con gran estocada ante un toro premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

 

La mala suerte en los lotes se la llevaron un Ginés Marín que destacó con el capote y que poco más pudo hacer ante tan enrevesado lote y Cayetano, que como siempre no cesó en entrega y mostró todo lo que estaba en su mano.